Tu piel cambia según el momento: algunas zonas se sienten secas, mientras otras tienden al brillo. Buscas un equilibrio que te permita mantenerla fresca, uniforme y cómoda durante todo el día.
Esta rutina equilibra la hidratación y regula el sebo, aportando ligereza donde la necesitas y nutrición donde hace falta. El resultado: una piel armónica, suave y naturalmente radiante.
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1. Limpieza: Es importante comenzar el día retirando los restos de producto de la noche y las células muertas que se producen en el proceso de regeneración natural nocturno de la piel.
2. Tonificación: Restaura el equilibrio del PH y prepara la piel para que absorba de manera más efectiva el tratamiento.
3. Hidratación: crea una protección de barrera para evitar la perdida de agua y ayuda al proceso de regeneración de células dañadas y a la renovación de las capas de la piel.
1. Limpieza: Para una correcta rutina de limpieza nocturna, es necesario hacer un doble proceso que elimine la acumulación de partículas que se genera en la piel durante todo el día.
2. Tonificación: Restaura el equilibrio del PH y prepara la piel para que absorba de manera más efectiva el tratamiento.
3. Regeneración: Para ayudar al proceso de regeneración de células dañadas y a la renovación de las capas de la piel.