Rosa Damascena: Este destilado de pétalos de rosa debe su alto poder antioxidante a los glucósidos de flavonol y sus propiedades antibacterianas al alcohol feniletílico que protegen la piel de microorganismos. Además, es un excelente antiinflamatorio y también muy hidratante, lo que lo hace perfecto para las pieles secas y sensibles. Favorece la cicatrización, calma y refresca.

Aceite de Camelia: Utilizado desde hace generaciones y conocido como el secreto de belleza de las Geishas y las damas de la alta sociedad japonesa. Sus increíbles propiedades lo han hecho un ingrediente fundamental en muchos cosméticos modernos. Debe sus efectos beneficiosos a la alta concentración de vitamina E, proteínas y ácidos grasos esenciales que nutren la piel en profundidad. Además, proporciona firmeza y elasticidad, aporta luminosidad y suaviza la piel, previniendo arrugas y protegiendo la piel de los daños externos. Un escudo contra el paso del tiempo y el ingrediente fetiche de nuestro fundador.

Ácido Hialurónico: Naturalmente presente en nuestro organismo, con el paso del tiempo se va reduciendo su producción. Proporciona firmeza y elasticidad además de favorecer la producción de colágeno. Asimismo, desempeña un papel fundamental en la hidratación de los tejidos, la lubricación y la función celular, siendo capaz de mantener un 70% más de agua que cualquier otra sustancia natural. Tiene un gran efecto alisador de las arrugas. Su capacidad de retención de agua mantiene la hidratación durante horas.