Regular la cosmética natural, creando una normativa pública que defina específicamente la cosmética ecológica o natural, se ha vuelto una necesidad. Y es que, en la Unión Europea, la falta de regulación ha generado incertidumbre en el mercado.

Como respuesta a esta necesidad, la Comisión Europea encargó a Cosmetics Europe, la asociación que representa a la industria cosmética en Europa, la elaboración de una norma ISO para definir la cosmética natural. Sin embargo, el proceso de redacción de esta norma ISO 16028 ha generado controversia. En el grupo de trabajo designado, entidades con experiencia en la certificación de cosmética ecológica, como Cosmos o NATRUE, sólo fueron invitadas como observadoras.

¿Qué dudas genera la norma ISO 16028?

La ISO 16028 establece criterios para clasificar los ingredientes como naturales o no, pero sus estándares son menos estrictos que los de las normas de cosmética ecológica existentes. Por ejemplo, no establece porcentajes mínimos de ingredientes ecológicos para etiquetar un producto como ecológico, lo que ha llevado a la aparición de productos que se promocionan como “bio” aunque contengan pocos o ningún ingrediente ecológico.

Además, la ISO 16028 no establece criterios para ingredientes prohibidos ni aborda preocupaciones éticas importantes para muchos consumidores conscientes, como el uso de ingredientes transgénicos, la irradiación o el maltrato animal en la obtención de ingredientes.

Estos son los puntos que están causando más confusión:

  • No establece porcentajes mínimos de ingredientes ecológicos para poder denominar el producto como ecológico. Así, estamos viendo productos que hacen alusión a esta ISO en sus etiquetas y que se llaman “bio” sin tener ingredientes ecológicos o solo pequeños porcentajes de los mismos.
  • No establece criterios para ingredientes prohibidos, ni siquiera para los ingredientes petroquímicos más controvertidos, con lo cual los productos cosméticos pueden contener muchos ingredientes que nunca se aprobarían en cosmética certificada.
  • Considera como ingrediente natural al que tenga más del 50% de su peso molecular final de origen natural.
  • No aborda criterios que son importantes para el consumidor consciente en la definición sobre lo que se considera un ingrediente natural, como por ejemplo no tener en cuenta si un ingrediente es de origen transgénico.

Las siliconas, consideradas como ingrediente natural

Un punto de discordia significativo es cómo la norma considera las siliconas como ingredientes naturales debido a su origen en la arena, ignorando el proceso de fabricación altamente contaminante.

La importancia de tener una regulación fiable

Es importante destacar que la ISO 16028 no es un reglamento oficialmente reconocido por los estados ni una norma para la certificación de productos. Su aplicación ha generado problemas, ya que algunas entidades de certificación están utilizando esta norma para certificar el contenido natural de los productos, lo que genera confusión entre los consumidores.

Las normas ISO como la ISO 16028, suelen ser documentos técnicos dirigidos a profesionales y no están destinadas a aparecer en las etiquetas de los productos. Por lo tanto, las afirmaciones de cumplimiento con la ISO 16028 en las etiquetas de productos cosméticos pueden ser engañosas y confusas para los consumidores.

En este sentido se puede obtener más información en webs como biovidasana.

Para este artículo hemos utilizado uno escrito previamente por Nuria Alonso, especialista en Certificación en Biovidasana, y Montse Escutia, del Proyecto Ecoestética.

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